Un espía suelto en la Universidad de La Matanza 
CIRO JAMES Y SU RELACION CON LA UNLAM 

 

Ciro Gerardo James. El hombre que, sin duda, se convirtió en el símbolo del espionaje “made in argentina”, el mismo que ocupó el espacio mediático durante los últimos 20 días, supo hacer “buenas migas” no sólo en el Ministerio de Educación porteño (donde se desempeñaba) sino también en

 

la Universidad Nacional de la Matanza (UNLAM), otro de sus destinos laborales.

 

 

 

 

 

Al difundir el gobierno porteño el contrato de James con la nonata Policía Metropolitana (de la cual él iba a formar parte) se supo, entre otros datos relevantes, que era ayudante de cátedra en Derecho Penal I de

 

la UNLAM, y director de Relaciones Institucionales de esta misma Universidad, ad honorem, además de contar con un cargo en

 

la Secretaría

 

 

 

de Extensión Universitaria. 

El vínculo

Cabría preguntarse, entonces, cuál era el verdadero rol en la UNLAM de este espía camuflado de abogado (ya a esa altura polifuncionario universitario), teniendo en cuenta las “tareas de inteligencia” que desarrollaba en el gabinete porteño. Es, tal vez, Sergio Burstein, uno de los principales damnificados de las escuchas telefónicas de James, quien puede aproximarse a una respuesta en este sentido: “Está comprobado que era un teléfono de la Universidad de

 

La Matanza

 

 

 

otorgado a Ciro James el que me llamó a mi celular un día antes de que comenzaran las pinchaduras”, recalcó Burstein en declaraciones radiales.

 Al parecer, la UNLAM no sólo se transformó en uno de los “centros de operaciones” del espía con nombre hollywoodense, sino también en el puente que vinculó esta casa de estudios con el gobierno porteño. “La llegada de James al Ministerio de Educación fue mediante un convenio con la Universidad Nacional de la Matanza”, confirmó consultada a este respecto la Jefa de Gabinete de la cartera educativa porteña, Roxana Barroso.

Pero el nexo entre James, la UNLAM

y el gabinete macrista no se agota allí. Alcanza a Roberto Ayub, el auditor interno del área educativa que mantenía bajo su órbita laboral al espía ya desenmascarado, quien ocupa aún el puesto de Secretario de Extensión Universitaria; uno de los espacios académicos donde “casualmente” cumplía sus tareas James. ¿Simple coincidencia?   

 

 

 Uno más y van…

 

James no es, sin embargo, el único personaje de cuestionable talla moral que desempeña o ha desempeñado cargos en la universidad matancera. Otros dos nombres se incorporan a esta lista de “impresentables”, aunque los tres tienen algo en común: su paso por el Departamento de Derecho.

 

 

Dr. Rodolfo Barra: el ex Ministro de Justicia de Carlos Menem (que debió renunciar a su cargo luego de que se conociera su pasado en una organización de ultraderecha y antisemita) se encuentra actualmente al frente de una cátedra en el Departamento de Derecho.

Dr. Federico Faggionato Márquez: el Juez Federal que enfrenta por estos días un juicio político en su contra por “mal desempeño en sus funciones” es Coordinador de la carrera de Abogacía. Luego de 36 pedidos de juicio político alcanzó un récord particular: ningún otro magistrado había reunido jamás tantas denuncias.

 

El silencio no es salud

Hasta el momento, las autoridades universitarias de la UNLAM, no han dado ningún tipo de respuesta ante estos gravísimos hechos que la vinculan directamente con uno de los casos que con más fuerza golpeó al gobierno de Mauricio Macri. En tanto, el juez encargado de la investigación, Norberto Oyarbide, podría solicitar en los próximos días una investigación en la UNLAM, con el fin de develar la trama de relaciones que existen.