Organizaciones populares rurales de todo el cono sur debaten en Rosario cómo parar a las trasnacionales que ocupan campos para producir a gran escala y los desalojan de sus tierras. Campesinos de toda América Latina trajeron sus producciones para compartirlas.
"Contra el saqueo y la contaminación. Por la soberanía alimentaria". Con esta consigna, mil personas trabajan hasta hoy en Rosario, en el Foro Vía Campesina Sudaméricana, del que participan organizaciones de toda Sudamérica para delinear los ejes de las propuestas que se llevarán en octubre al Foro Internacional Vía Campesina, en Mozambique, Africa. "En toda América las transnacionales están tomando los campos para producir a gran escala y con semillas transgénicas soja y celulosa, entre otras cosas, sin respetar las culturas locales, su forma de tener la tierra y de vivir", expresó Adriana Mizadie, del Movimiento de Mujeres Campesinas de Brasil, sobre el diagnóstico compartido por las numerosas organizaciones que se convocaron a Rosario.
"Estamos haciendo un proceso de formación del Cono Sur, pero tenemos representación de todas las regiones de América Latina", señaló Mizadie, y puntualizó que en este Foro se debate "cómo está cada país en relación al agronegocio y su vinculación con las transnacionales en todo el continente, la situación ambiental, el cambio climático, y la cuestión energética para analizar, en función de esto, qué hacer para recuperar las semillas criollas, y el derecho al acceso a la tierra en el marco de una producción que respeta al medioambiente". Por su parte, Lourdes Huanta Atencio, presidenta de la Federación Nacional de Mujeres Campesinas, Artesanas, Indígenas, Nativas y Asalariadas del Perú, agregó: "Más allá de las características propias de cada país y de cada comunidad hay un factor común: esta economía neoliberal impone en todos los países a las transnacionales, que quitan las tierras a los campesinos y los obliga a migrar a la ciudad". Sobre este desalojo, Huanta Atencio asegura que "se sufre mucho, por eso es que hay que juntar fuerzas para organizarse.
Además, Mizadie manifestó su oposición al patentamiento de las semillas. "Para nosotros son patrimonio de los pueblos al servicio de la humanidad", y explicó: "Sembramos, cosechamos, y de ahí sacamos las semillas para volver a sembrar. Pero ahora en muchos países hay leyes que lo prohíben. Entonces somos criminales, porque a las grandes corporaciones les interesa tener poblaciones esclavas. Son semillas transgénicas que sólo crecen si se les aplica glifosato, además de que no producen semillas para la siguiente siembra y envenenan la tierra". Otro de los ejes sobre los que se debate es la comercializacion, no sólo de las semillas sino también de los alimentos en general. "Nosotros nos manejamos con el trueque, entonces el dinero no es tan importante. Si yo tengo maíz y el otro tiene carne, pues nos cambiamos y listo", agregó la dirigente.
De este modo, Diego Montón, que pertenece al Movimiento Nacional Campesino Indígena de Mendoza, aclaró que "la lucha es muy diversa. Tiene varios planos y diferentes estrategias. En las comunidades se lucha contra el avance de las multinacionales, deteniendo desalojos, parando topadoras, pero fundamentalmente con organización. Por eso trabajamos sobre cómo organizarnos". La Vía Campesina es un movimiento internacional que agrupa a campesinos y campesinas, pequeños y medianos productores, mujeres rurales, gente sin tierra, indígenas, jóvenes rurales y trabajadores agrícolas nucleados en organizaciones de 56 países de Asia, Africa, Europa y América.
ver desgrabacion de foro sobre monocultivo de soja
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